Poner a vista el Diseño que se hace en nuestra Isla es una tarea difícil, pero inaplazable. El entorno mejor diseñado que debería acompañar un proyecto como el nuestro no debe seguir esperando. El Diseño deberá elevar su protagonismo e incluso, convertirse en una actividad decisiva, estratégica y comprometida con el cambio.

Mecerse es una costumbre nacional, solo así nos sentimos verdaderamente cómodos.

El arte es sólo uno, lo que cambia es el soporte de trabajo. Si ves este trabajo, te das cuenta que cambia el soporte, lo puedes ver en papel, como escultura, o como objeto utilitario, por eso veo al mueble como arte. El hecho de que sea utilitario no le resta que sea arte.

Lo que puede apreciarse en estos diseños, es un mueble perfectamente cubano, no es un taburete, pero tiene la esencia de lo cubano.

A mí me da mucho gusto que se retome el tema del mueble con un diseño sólido, que no sea resolver sólo el problema de sentarse, sino sentarse bien.

Esto es desconocido, en términos generales, para el público cubano. Sabía de la existencia de una escuela de diseño en Cuba, pero en la práctica es muy desconocida, esta exposición es un buen comienzo de lo que puede mostrar y aportar el diseño de alto nivel artístico en nuestro país.
