Circunstancias históricas determinaron la presencia del arte en la industria y en todo cuanto fuera a formar parte del espacio humano, surge la conciencia de una necesidad que quizás siempre existió: Diseñar
Poner a vista el Diseño que se hace en nuestra Isla es una tarea difícil, pero inaplazable. El entorno mejor diseñado que debería acompañar un proyecto como el nuestro no debe seguir esperando. El Diseño deberá elevar su protagonismo e incluso, convertirse en una actividad decisiva, estratégica y comprometida con el cambio.
En el caso particular de las sillas, este ha sido uno de los elementos en los cuales el concepto de diseño se puede rastrear con cierta sistematicidad, nombres, estilos y discursos particulares se han inscrito en estos objetos que los han hecho distintivos, emblemáticos y hasta arquetípicos, pero el diseño también se proyecta en la medida en que puede diversificarse y socializarse.
Lo que puede apreciarse en estos diseños, es un mueble perfectamente cubano, no es un taburete, pero tiene la esencia de lo cubano.
El arte es sólo uno, lo que cambia es el soporte de trabajo. Si ves este trabajo, te das cuenta que cambia el soporte, lo puedes ver en papel, como escultura, o como objeto utilitario, por eso veo al mueble como arte. El hecho de que sea utilitario no le resta que sea arte.
A mí me da mucho gusto que se retome el tema del mueble con un diseño sólido, que no sea resolver sólo el problema de sentarse, sino sentarse bien.